Ayer mi blog y yo estuvimos de fiesta, es que cumplió 7 años, y para celebrarlo les voy a contar una historia...
Resulta que, un buen día, me cansé de engañarme, me cansé de seguir imaginando que alguien vendría a golpear la puerta para decirme: “Hola, qué tal, vengo a ofrecerte un espacio donde puedas escribir lo que se te dé la gana, ojalá que digas que sí”.
Al caer en la cuenta de que, probablemente, eso no fuese a pasar jamás decidí ser yo quien saliera a golpear puertas. Y resultó ser que en la primera que toqué me fue muy bien. A la directora de la revista le gustó mi proyecto, y todo parecía marchar sobre ruedas... Hasta que se fue a trabajar a otro lado y mi sueño y yo quedamos a la deriva.
Lloré, pataleé y me pregunté por qué tenía que pasarme esto. Pero por suerte mi #maridococinero -mi gran ejemplo de perseverancia- me puso un desafío mayor

Si hoy miro para atrás me río de mí misma y de mis miedos, incluso hasta me pregunto “¿Qué era lo peor que podía pasar?”. Entonces me acuerdo de aquella frase que dice que de lo único que de verdad nos arrepentimos es de eso que no hicimos.
Mensaje para las que se la pasan esperando...

Den el primer paso, dejen los temores de lado y tírense a la pileta... No se queden con las ganas de probar, ni con la duda de qué habría pasado si... Y, sobre todo, rodéense de gente buena, de gente linda, de gente que las quiera, las estimule y aliente.
Cuando sientan la alegría que produce animarse a convertir los sueños en proyectos se van a lamentar de no haberlo hecho antes.
¡Felices 7 años a mi querido blog!
¡Chin chin y gracias por estar siempre del otro lado!

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