24 de junio de 2015

"CUANDO YO TENGA UN HIJO..."

                                                                                                                        Vireta

"Nunca le voy a gritar"..."Nunca lo voy a sobreproteger"... "Nunca lo voy a malcriar, confundir, comparar, exponer"... Y la lista sigue. Cada una la irá llenando con los verbos que se le ocurran, que necesite...

Y para las futuras mamás, va un solo consejo: ¡¡¡Nunca digan nunca!!!

Les dejo un post de hace unos años...


Madres conocidas, amigas, madres en el supermercado, en un cumpleaños, en la plaza… 

Las observamos actuar y en silencio nos decimos: Cuando yo tenga un hijo nunca… o Yo siempre voy a …”. Situaciones que antes pasaban desapercibidas, comenzamos a verlas como “objeto de estudio”.

¿Quién no lo pensó alguna vez? ¿Quién no se fue armando una lista imaginaria en la cabeza, con todas aquellas cosas que haría o no haría jamás cuando fuera madre? 

Guía nuestros pensamientos esa necesidad interna de no repetir errores ajenos, de hacer absolutamente todo “bien”.

Y es que cuando se desarrollan en nuestra imaginación, las cosas son mucho más fáciles. Parece sencillo visualizarnos actuando de manera ordenada y prolija, como quien sigue las instrucciones de un manual.

Lástima que, una vez que nos “recibimos” y volvemos a casa con el título aún sin enmarcar, el famoso control con el que tanto nos identificábamos, parece haber desaparecido para siempre. 

Nos encontramos con nuestro bebé, con una importante dosis de miedo a cuestas, y con la enorme sospecha de que las cosas no serán como pensábamos. Que el guión que teníamos escrito desde antes de ser madres, deberá sufrir unas cuantas modificaciones.

El caos nos tomará por sorpresa, y se adueñará de todo por un tiempo. Planificar, una palabra que nos resultaba tan conocida hasta ahora, comenzará a carecer de sentido. 

Pero, a medida que comencemos a familiarizarnos con ésta, nuestra nueva vida, las cosas se irán acomodando poco a poco. Y un buen día, casi no podremos acordarnos de aquella que alguna vez fuimos. 

Inmersas en este nuevo mundo, recordaremos la famosa lista, y seguramente hasta nos reiremos de ella… y también de nosotras. De lo idealistas, rígidas y estructuradas que alguna vez supimos ser.

Y es muy probable que comencemos a ver a cada madre que nos rodea con otros ojos. Con los ojos de quien está viendo. además de a una madre, también a una par, y entonces… por fin la comprenderemos.

 (Post publicado en "Para Ti Mamá"/ febrero 2012) 



2 comentarios

  1. jaajajajajaajajaa antes de ser madre era re anti niño y cada vez que uno lloraba en algun medio de transporte publico queria asesinarlo junto con su madre, recuerdo aun el dia que la mayor con solo 1 mes se largo a llorar en colectivo, sola me prendi fuego de la verguenza!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hay que vivirlo para entenderlo!!! Creo que recién ahí una aprende a no juzgar a las demás.
      Besote, Sabri!

      Eliminar

© madre in argentina
MAIRA G. + ESTUDIO BULUBÚ