Sospecho que en todas las
familias existen historias, recuerdos, anécdotas, que dan muestra de lo que los
celos entre hermanos son capaces de hacer.
Mis padres,
por ejemplo, jamás se cansaron de repetir aquel episodio que sucedió durante unas vacaciones en que yo tendría unos cuatro años y mi
hermano apenas uno. Parece ser, por lo que cuentan, que yo me obsesioné con calzarle
un gorro que, de tan minúsculo, era imposible que pudiera llegar a entrarle. Sin
embargo, se ve que no quise darme fácilmente por vencida y decidí torturarlo,
poniéndoselo de prepo y con fuerza durante un rato bastante largo.
Nosotros
siempre recordamos aquel día en que llegamos con nuestra hija menor por
primera vez a casa. La flamante hermana mayor, de tan sólo un año y pocos meses,
se acercó a saludarla y en lugar de una caricia le estampó un mini cachetazo en
el pequeñísimo espacio que encontró en esa mejilla. El “¿te gusta la
bebita?” nos quedó prácticamente atragantado por la enorme sorpresa que generó
aquel recibimiento.
Sin embargo,
yo creo que estas anécdotas de tanto ser contadas terminan sufriendo pequeños
cambios, sutiles modificaciones que condimentan el relato y lo vuelven más gracioso, más simpático…
El domingo
pasado, en plena reunión familiar, pudimos comprobar esto que pienso, porque la
gran diversión del día fue el rescate de películas viejas que ya teníamos casi olvidadas.
Inmensa fue
la sorpresa de todos al poder ver, en imágenes, esos instantes que tantas veces contamos,
o de los que mucho escuchamos hablar. Pudimos verificar, en vivo y en directo, que
ni yo sometí durante tanto tiempo a mi hermano con el bendito gorro, ni mi hija
mayor le pegó a la más chica... más bien podría decirse que fue una caricia un tanto entusiasta.
Y esto nos
sirvió para corroborar fundamentalmente dos cosas… La primera, que efectivamente
los recuerdos pueden ser engañosos. Y la segunda, y mucho más importante, ¡¡¡que el tiempo pasa muy rápido y no hay manera de
detenerlo!!!
#NostalgiaDeMisHijasChiquitas
Y ustedes…
¿Tienen alguna anécdota de hermanos para contar?
Que simpático post..
ResponderEliminarMi mamá siempre cuenta que cuando nació mi hermano (le llevo casi tres años) yo estaba re contenta, pero cuando llegó el momento de llevarlo a casa mi pregunta sorprendida fue "ah ¿ hay que llevarlo para casa?". Se ve que no me habia quedado muy claro jaja.. en la clinica estaba todo bien, pero ya lo otro no sabía. Igual se ve se me pasó enseguida..
Son lindos esos recuerdos, muchos ocurrentes..
beso
Sé de muchos que hicieron exactamente la misma pregunta... Claro, tenerlo todos los días en casa ya era otro asunto. Afortunadamente podemos reírnos y disfrutar de los hermanos, que es de las cosas más lindas que hay, no?
EliminarBesos, Estrellita!