"OTRAS ÉPOCAS"

                                                                                                                         Gustavo Aimar

Marzo significaba una cantidad de emociones encontradas: miedo, angustia, dolor de panza... ¡y es que comenzaban las clases!

La secundaria no fue una etapa de mi vida que recuerde con cariño. Tal vez, porque a pesar de que la democracia comenzaba a afianzarse día a día, había lugares, como mi escuela, donde todavía el cambio se notaba poco... Allí parecían no haberse enterado de nada.

Seguía existiendo una relación muy dispar entre los docentes y los alumnos.
La mayoría ejercía abuso de autoridad y no demostraba ningún interés en particular por que disfrutáramos de sus materias.
De muchos, creo, jamás supe el nombre. Todo se reducía a apellidos o, en su defecto, a apodos del tipo "la loca de biología".

Será por eso que el ingreso de mi hija mayor a esta nueva etapa me movilizó tanto. Y es que, inevitablemente, uno saca del baúl de los recuerdos sensaciones de otras épocas, aunque, por suerte, la mayoría de las veces terminemos comprobando que nuestros hijos y nosotros somos personas diferentes y que también los tiempos cambiaron.

Hoy los profes se llaman Laura, Diego, o Paula... ¡Tienen nombre propio! Y hasta saludan a sus alumnos con un beso. Cada uno, a su manera, se esfuerza por que su materia sea entretenida, y hasta apelan a recursos que hace unos cuantos años ni se les hubiera cruzado por la cabeza poner en práctica. 

Definitivamente los tiempos cambiaron y la educación parece que no se quedó atrás.

Y también pienso, que aunque algunos se quejen de que esta generación de padres estamos criando niños tiranos y que se sienten el centro del universo, yo más bien creo que estamos criando personas más seguras de sí mismas, y eso... Ay! eso sí que no se compra ni con la tarjeta más dorada del mundo.


Y ustedes... ¿Qué recuerdos tienen de su época de secundaria?