Steve Simpson
Aprovechando que la mayor está en la casa de una amiga, salimos a almorzar con nuestra hija más chica. Y así, de la nada, como aparecen casi todas sus ocurrencias, surgen interrogantes tan lógicos como inesperados...
ELLA- (Pensativa) ¿Les puedo hacer una
pregunta?
NOSOTROS- Sí,
claro… ¿Qué querés saber?
ELLA-
Imaginénse esto…
NOSOTROS-
¿Qué?
ELLA-
Que somos nosotros tres… que yo soy hija única, que sólo me tuvieron a mí…
NOSOTROS- ¿Y?
¿Qué pasa?
ELLA-
¿Les gustaría?
NOSOTROS-
¡Noooooooo! Nos gusta nuestra familia así como es, con ustedes dos. ¿Por qué?
¿A vos sí te gustaría?
ELLA-
Sí y no… Sí, porque me imagino que siendo la única me podrían comprar muchas
más cosas. Toda la atención sería para mí. Nadie me molestaría, ni me pelearía…
NOSOTROS-
¡Ajá!… Totalmente omprensible el argumento. ¿Y por qué razón no te gustaría?
ELLA- (Convencidísima) Y, es muy obvio… Porque también la quiero, y ya no me podría imaginar viviendo sin ella.
El amor tiene un poderoso hermano, el odio. Procura no ofender al primero, porque el otro puede matarte.
ResponderEliminarFranz Heumer.
Feliz fin de semana!
A veces aparece, claro, pero por suerte son las menos...
Eliminar¡Que reine el amor entre todos los hermanos del mundo! Amén.
Absolutamente amorosa...!!
ResponderEliminarAh, sí! Ella es así...
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