Cuando nacieron mis hijas, descubrí lo presentes que están los refranes en nuestra vida…
Porque a días nomás de haber llegado al mundo, ya parecían entender a la perfección eso de que “al que madruga
dios lo ayuda”, mientras yo insistía con que “no por mucho madrugar, amanece
más temprano”.
En cada comida compartida les inculqué que “cuando hay hambre, no hay pan duro”, mientras ellas por su parte me dejaron en claro, después de cada atracón de golosinas, que “panza llena, corazón contento”.
En cada negocio que visitaron siempre tuvieron la lucidez para darse cuenta de que “más vale pájaro en mano, que cien volando”, mientras yo intentaba demostrarles eso de que “cuanto más se tiene, más se quiere”.
Y después de alguna
travesura les quise enseñar que “quien calla, otorga”, mientras ellas a su vez insistían con que “se
dice el pecado, pero no el pecador”.
Es interminable... Creo que debe haber un refrán propicio para cada ocasión.
Es interminable... Creo que debe haber un refrán propicio para cada ocasión.
Sin ir más lejos, todas las mañanas, están poniendo en práctica
lo de “vísteme despacio, que estoy apurado”… Y yo, sabiendo que son las ocho
menos diez y es poco probable que logren llegar a tiempo a la escuela, me
consuelo pensando que… “más vale tarde, que nunca”… Y que por suerte ¡¡¡ya
falta menos para las vacaciones!!!
Me encantó !
ResponderEliminary como quien no quiere la cosa, me pareció que hablabas de mis hijas, mi casa y mis sentimientos con respecto a las vacaciones !!
Saludos.
Somos muchas madres ansiosas, rogando por unos días de descanso, no?
EliminarBesos.