2 de abril de 2013

"DARSE CUENTA"

                                                                                                            Francisca Bustamante


Ya habíamos avisado que en aquel momento queríamos estar solos…

Nada de abuelos, hermanos, tíos ni amigos rondando. Completamente solos. Así era como queríamos recibir a nuestra  primera hija…

Porque con el segundo, muy por el contrario, uno necesita de muchísima ayuda. El nacimiento del segundo requiere de una logística impecable, para que una pueda dedicarse a parir tranquila.

Pero con el primero uno todavía puede darse ciertos gustos, y ése era el nuestro, recibir la paternidad sin ningún conocido alrededor.

Llegamos a la clínica ansiosos y muertos de risa, a pesar de que las contracciones ya habían empezado a molestar  un poco.

Y puedo recordarlo perfectamente, como si hubiese sido ayer… Puedo recordar perfectamente que no fue cuando los dolores aumentaron tanto que se volvieron insoportables, ni tampoco cuando el obstetra parecía no llegar  nunca, ni siquiera  cuando descubrieron la doble vuelta de cordón…

Fue recién en aquella habitación desconocida, después del parto, solos, esperando a que trajeran a nuestra bebé, que nos  cayeron todas las fichas juntas  como si estuvieran saliendo por un tragamonedas.

Fue recién ahí que nos dimos cuenta de la enorme responsabilidad que significaba esto.

El me miró con una cara que no voy a olvidar nunca, y nos largamos a llorar.

Supongo que porque ya había terminado todo y a la vez todo estaba por comenzar... 

Pero también porque estábamos muy felices, y demasiado cansados, y muertos de miedo, y recontra nerviosos, y llenos de esos miles de sentimientos  que me imagino experimentamos todos, cuando por fin caemos en la cuenta, por primera vez, de que nos hemos convertido en  padres.


 (¿Y ustedes... ? ¿Recuerdan algún momento en particular en el que tomaron verdadera conciencia del asunto?)




16 comentarios

  1. Si, cuando llegamos a casa con ella, y estábamos solos los tres, todos los miedos se nos vinieron encima, toda la responsabilidad de que esa personita dependía solamente de nosotros, no había nadie más que le diera todo lo que necesitaba por el resto de su vida, más que nosotros
    Que momento!!

    ResponderEliminar
  2. Si! Nosotros también decidimos tener a Valen completamente solos. Es más, nuestra intención era ni siquiera avisar cuándo saliéramos para el sanatorio. La sensación de que todas las fichas caen juntas es así, tal cual vos lo decís. En nuestro caso fue cuando, con Valen en brazos a sólo una hora de haber nacido se prendió al pecho con ganas y pensé: ya está; somos uno, somos familia. No hay vuelta atrás. A partir de ahora todo es para adelante.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nosotros tampoco le avisamos a nadie que íbamos al sanatorio. Contamos la noticia una vez que nació. Recuerdo también muy nítido el momento en que se prendió por primera vez al pecho. Qué sensación tan linda!

      Eliminar
  3. creo que con el evayest positivo ya se me cayeron todas las fichas. No recuerdo otro momento después, pensé en toda la responsabilidad y todo lo que se venía. Fue hermoso, y también espeluznante, nunca se vuelve a sentir igual

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Se sienten cosas muy contradictorias, muy ambivalentes...

      Eliminar
  4. al igual que Maria, cuando llegamos a casa y AHí SI nos cayo la ficha que estabamos SOLOS, con esa criaturita que nos reclamaba PERMANANTEMENTE, y sin el timbresito magico con el que acudia una enfermera a DARNOS UNA MANO apenas lo apretabamos...que flash. TOdas las fichas juntas. que responsabilidad inmensa. la mas hermosa de esta vida.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Volver a casa con el primero, muerta de miedo... un vértigo terrible! Lo ideal hubiera sido poder llevarse prestada a la nurse por unos días, no?

      Eliminar
  5. en estos días, tengo los recuerdos a flor de piel. a mí no me cayeron fichas, yo sentí que la máquina tragamonedas me partía la cabeza. lo más maravilloso empieza ahí. y viene con un caudal de caos incalculable!

    ResponderEliminar
  6. Recuerdo la primera noche en casa, cuando mi bebita mamaba en el silencio de la noche.... Estaba feliz y a la vez triste... Era raro...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo sentía lo mismo, una felicidad inmensa... pero también un poco de angustia, imagino que pasa cuando se asume de verdad la enorme responsabilidad que implica tener un hijo.

      Eliminar
  7. Yo no se cómo hacer... Siempre imagine ese momento así, tranquila, solos los 3. Pero estos tanis están siempre uno encima del otro! Jaja logre que lo me vengan a visitar al hospital estos días, un poco antipática, pero como ya saben que me inducen el sábado no se cómo frenarlos. Estoy viendo si lo convenzo a Fa de pedirles que vengan bien tarde ese día. Me emociono tu relato, estoy con las hormonas a mil! :) besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tranquila! Confiá... vas a ver que va a salir todo bien, y vos también vas a tener un hermoso relato para contar sobre el nacimiento de Manuela.
      Beso grande!

      Eliminar
  8. Yo ya hablé con mi familia sobre esto, y no van a viajar por lo menos hasta que nuestra bebé tenga unos 10 días. Por suerte entendieron perfectamente, me preocupaba por mi abuela, que ella hubiese deseado con toda su alma estar presente cuando nazca, pero es nuestra decisión y la aceptó.
    Con respecto a la familia de Martín, mi marido, ellas ya viven acá así que no se puede hacer mucho, pero por lo menos son sólo dos personas las más cercanas que puedan llegar a inmiscuirse en el hospital.
    Sueño con ese instante en el finalmente que seamos tres, pero por supuesto, también me aterra.
    Ya me falta poquito :)
    Un besote, te sigo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué emoción, Chivi! A mí me gustó mucho eso de estar solos, de no pensar en nada ni nadie más que nosotros tres. Había mucha adrenalina, y necesitaba procesar un poco lo que acababa de pasar antes de poder compartirlo con otros.Cada uno elige lo que crea que sea mejor para uno, y está bueno que la familia pueda comprenderlo, como en tu caso.
      Beso grande!

      Eliminar

© madre in argentina
MAIRA G. + ESTUDIO BULUBÚ