24 de junio de 2012

"PROMESAS"

                                                                                                                         Liliana Lois

El viernes pasado mi hija menor juró la bandera.

Bautismo patrio, si los hay. 

Su hermana, que ya pasó por la experiencia, le adelantó que a partir de ahora, quedaba prohibido reírse en los actos de la escuela. Que la lealtad a la bandera, significaba sobre todo, demostrarle respeto.

“Después de que el director nos diga: … aceptando solidariamente en sus diferencias a todos los que pueblan nuestro suelo y transmitiendo, en todos y cada uno de nuestros actos, sus valores permanentes e irrenunciables, nosotros tenemos que contar en silencio hasta tres, y ahí decir Sí, prometo”, me explicó mi hija.

Y ahí nomás, al escucharla, me agarraron unas ganas locas de agregarle un par de oraciones al texto…

“¿Prometen dejar de pelear con sus hermanos a toda hora?”

“¿Prometen ordenar la habitación, sin tener que pedírselos absolutamente todos los días?”

“¿Prometen ir a bañarse, sin chistar?”

“¿Prometen hacer la tarea, sin que haya que rogárselos de rodillas?”

Sí, ya sé que no tiene nada que ver... Pero entre la desesperación y el cansancio, una se entusiasma enseguida con cualquier cosa.

Y la verdad, se los veía tan lindos ahí parados derechitos y tan concentrados, que resultaba de lo más tentador sumarle un par de ítems al juramento...


8 comentarios

  1. Casualmente, mi hija lo hizo el jueves pasado. Se me cayeron un par de lágrimas en la ceremonia. Me emocioné. Más que nada por la inocencia y el entusiasmo que le ponen los chicos a ese juramento o promesa de lealtad a una patria que a veces no los cobija como debiera debajo el manto de su honrosa bandera, que cuando crecen y salen a la calle parece que los descuida un poco a merced de los males sociales que no cura, que a veces parece que no los acepta a todos solidariamente en sus diferencias y transmitiendo sus valores irrenunciables.

    En fin. Pensé mucho en lo que estaba sucediendo y deseo que nunca tenga que pensar en dejar esa patria a la que le prometió lealtad porque le falle un poco en la lealtad que ella merece por habérsela prometido con tanto fervor.

    Yo me fui para otro lado también, aunque me solidarizo con lo que reflexionás en tu post, desde ya.

    Un beso!

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    1. Sí, es cierto todo lo que decís.
      Ojalá que nunca se encuentren en la situación de tener que irse sin quererlo.
      Ojalá que siempre puedan elegir.

      Besos!

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  2. Me encantaron las preguntas extras. Se podría hablar con los maestros para agregarlas, no? jajaja

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    1. A mí ya se me pasó la oportunidad con mis hijas, pero es una buena propuesta para las futuras generaciones, no?
      Besos!

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  3. si claro, pero no hay nada mas imposible que mantenerse serio durante el himno. Sobre todo si te dijeron que no podìas reirte. Nadie se acuerda lo difìcil que era mantenerse serio todo el himno? Yo, realmente lo sufría

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    1. No hay nada más tentador que reírte cuando sabés que no podés, no? Todos pasamos por esa etapa en los actos escolares, supongo.
      Besos.

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  4. Que linda ceremonia... no se si acá en Chile se hace. Las preguntas, debieran ser parte del juramento si o si!!! jajajaja
    saludos

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    1. La verdad es que el otro día me preguntaba si lo de prometerle lealtad a la bandera será algo que se hace en todos los países, o sólo acá.
      Se hace siempre en cuarto grado, y a los chicos les gusta mucho lo del juramento.
      Vuelven a casa con diploma y con medalla!

      Besos.

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