29 de marzo de 2016

"CHICHONEANDO"


La mayor llega a casa con tremendo chichón en la frente. Torpezas de la edad, supongo. Sin embargo no me importa que tenga novio, que esté por cumplir quince, ni que cualquier día de estos vaya a superarme en altura... Lo primero que se me ocurre hacer es preocuparme y, recién después, llamar a la pediatra. Los años pasan, pero yo sigo manejándome con el mismo procedimiento de siempre...

Las indicaciones también son las habituales: Ibuprofeno, hielo, descanso y controlar que no se duerma enseguida. "A la noche, si podés, levantáte, sacudíla un poco, preguntále algo", me aconseja.

Así que durante la cena, y mientras esa especie de huevo de pascua pequeño sigue asomando, charlamos sobre el asunto.

"Se te va a ir poniendo de todos los colores", le aclaro por las dudas, deseando por dentro que sean tonalidades combinables, acordes con la nueva temporada.

"En algún momento te voy a despertar, no te asustes, es para hacerte un par de preguntas, por control", le digo cuando ya está yendo a acostarse. "Te voy a preguntar algo fácil... En qué año Constantinopla fue invadida por los turcos... alguna pavada de ese tipo", le digo guiñándole un ojo.

Ya casi estoy cerrando la puerta de su cuarto, cuando la escucho decirme... "Mami, si te llego a contestar bien, preocupáte. Si llegara a acordarme de eso es porque algo raro está pasando".

Y a pesar de la preocupación me voy a dormir contenta, pensando en lo grandioso que es que esta niña no pierda su sentido del humor ni aún en estas situaciones.


1 comentario

  1. Hija menor literalmente desde que nació me hizo ver a mil quinientos médicos por ende hoy se enferma y lo manejo de taquito cuasi autómata. Pero Ojo la mayor que jamas se enferma de nada, levanta a 38° y salgo corriendo a la guardia, desencajada. Pasan los años y sigo reaccionando igual

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© madre in argentina
MAIRA G. + ESTUDIO BULUBÚ