Anna Silivonchik
“Si tú tienes muchas ganas de aplaudir. Si tú tienes la
razón y no hay oposición, no te quedes con las ganas de aplaudir”… decía una
canción que me enseñaron a cantar cuando era chica.
Sin embargo, con la maternidad es otra historia. Acá
parecería ser que una no puede hacer lo que quiera, aunque tenga muchas ganas,
porque siempre hay alguien que opina lo
contrario...
Si decidimos retomar pronto el trabajo… somos unas
desamoradas que lo dejamos solo tan chiquito y, en cambio, si decidimos quedarnos en casa… es
una lástima porque trabajar siempre hace bien.
Si decidimos intentar recuperar pronto nuestro cuerpo de
antes… somos unas obsesivas cuando están
pasando cosas más importantes, y si nos permitimos comer de todo… nos estamos
dejando estar.
Si a los pocos meses ya lo hacemos dormir en su propio
cuarto… no tenemos corazón, pero si decidimos dejarlo dormir con nosotras… lo
estamos malcriando.
Cada una de las decisiones que tomemos, seguramente, traerán una ola de comentarios ajenos, aunque
no pidamos consejo, ni opinión.
Por eso, además de cuidarnos, de decorar el cuarto, de elegir
obstetra, de preparar el bolso, de armar el ajuar,
y toda esa cantidad de cosas que implica el hecho de estar embarazada,
hay que agregar otra, una nueva si se es primeriza… Hay que aprender a escuchar
esa voz interior que todas tenemos,
desde siempre, desde mucho antes de convertirnos en mamás.
Y además de aprender a escucharla va a ser necesario tenerla
siempre a mano, cerquita, porque en el momento menos esperado podemos necesitarla…
La maternidad es un camino nuevo por recorrer y vamos a
equivocarnos muchas veces. Pero, también, creo que cuando nos equivocamos
habiendo elegido con el corazón, nos duele menos.
Por eso, les propongo que no se queden con las ganas de
hacer nada, que siempre “tengan la razón y no escuchen a la oposición”, como dice la canción. No se queden con las
ganas de consolar, de hacer upa, de dar la teta, de dormir abrazados, de revolcarse
con ellos, de dejarlos faltar a la escuela, de comer golosinas.
¡No se queden
con las ganas de nada, porque de eso sí es posible arrepentirse!
(Post publicado en "Para Ti mamá" de agosto)
Pero cuando se trata de consentir de mimar de cargarlos nunca me quedo cn las ganas !! Aun que siempre escuche decir ami vieja o ami suegra lo estas malcriando !!
ResponderEliminarPero cuando se trata de consentir de mimar de cargarlos nunca me quedo cn las ganas !! Aun que siempre escuche decir ami vieja o ami suegra lo estas malcriando !!
ResponderEliminarRecién veo tus comentarios!!! Escuchalas, pero no les hagas caso... No vale la pena quedarse con las ganas!
EliminarBeso grande!!