Conrad Javier
A veces pareciera que hubiesen pasado
millones de años desde que dejamos de ser chicos y nos metimos de lleno en este
mundo tan adulto, tan real, tan con los pies sobre la tierra.
Y digo “a veces”, porque a pesar de que hace
siglos que no cantábamos canciones sobre brujas, sapos y payasos, que no
leíamos cuentos donde todos terminan comiendo perdices y siendo felices, que no
hacíamos dibujos con crayones, ni nos disfrazábamos, sorpresivamente, un día la
vida nos brinda la posibilidad de volver a hacerlo…
“¿Pero es que vos nunca fuiste chica?”, me
preguntan mis hijas al borde del enojo cuando les prohíbo hacer algo. Y saben
perfectamente que aquella frase me deja pensando…
“Sí,
claro que fui chica, pero es que fue hace tanto tiempo”, comienzo a
explicarles, y sola me freno en seco antes de poder terminar de hablar.
Porque desde que ellas
nacieron y yo estrené orgullosa mi título de madre, siento que eso, en parte,
ya no es tan cierto.
Porque de pronto aparecieron en mi boca, como
por arte de magia, todas y cada una de las canciones que me enseñaron en el
jardín, porque volvi a tirarme al piso a pintar soles, nubes y casitas con
chimeneas, porque volvi a tomar tés imaginarios en vajilla de plástico y les
hice trenzas a las muñecas. Porque me volvi a subir a una calesita y anhelé
sacar la sortija. Porque me dormí mirando dibujitos, escuché historias de
príncipes que salvan a princesas ¡y hasta salté al elástico!
Y es que los hijos nos permiten soplarles el
polvo a una infinidad de recuerdos maravillosos que teníamos olvidados.
Los hijos nos permiten revivir cosas que de otra
manera, seguramente, no podríamos
disfrutar.
Los hijos nos obligan a volvernos más
sensatos, más responsables, más maduros… pero, inesperadamente, también nos
regalan la posibilidad de tomar un atajo corto hacia la etapa más lúdica y
despreocupada de nuestras vidas… la niñez.
¡¡¡Feliz día a ese niño
que, aunque a veces pareciera que no, afortunadamente sigue vivo adentro
nuestro!!!
(Post publicado en "Para Ti Mamá" por el Día del Niño, agosto 2014)
lo lindo de ntro trabajo que no olvidamos ser niños, sino lo recordamos cada dia colos niños de la guarde
ResponderEliminarClaro! Ahí vuelven a ser niños todos los días.
EliminarBesos.