Kanako
Que la maternidad nos altera la vida por completo ya lo
sabemos de sobra… ¡Qué novedad! Hay una infinidad de cosas que nunca volverán a
ser como antes y, como era de esperarse, nuestra queridísima casa es una de ellas.
Hay una conocida frase que dice que “los hijos vienen con
un pan bajo el brazo”, y yo creo que se queda corta, yo agregaría que además
del pan vienen con muchísimas otras cosas… Cuna, cochecito, cambiador,
bañaderita, móvil musical, chupetes, pañales, ropita, silla de comer…
Cuando queremos darnos cuenta estamos rodeadas de un millón
de objetos nuevos. ¿Qué se hizo del
living decorado con tanta dedicación? ¿Y el baño? Por donde uno mire hay
animalitos de goma y toallones con capucha.
La cocina está llena de mamaderas, vajilla de plástico,
baberos y una moderna silla con rueditas.
Y en la mesita de luz descansan un par de chupetes, un
mordillo y en lugar de una novela ahora hay un libro sobre “maternidad y
crianza”.
¡Tranquilas! A no desesperarse que ya habrá tiempo para
encontrar otro orden, otra disposición de tantas cosas nuevas.
Pero además es importante mantener la calma, no sólo
porque está ocurriendo algo muchísimo más importante que este caos hogareño,
sino también porque esto recién comienza…
Y cuando digo “recién comienza” es así, literal. Porque
dentro de un tiempo ya no va a haber mamaderas y pañales dando vueltas, pero
habrá rompecabezas, lápices, muñecos y plastilina.
Y luego habrá un sinfín de disfraces, de dibujos pegados
en la heladera y de regalos hechos por ellos mismos en la escuela. Y también habrá
zapatillas olvidadas debajo de la mesa y algún cuaderno abandonado sobre el sillón…
Puedo asegurarles que después de haber tenido a mis hijas
mi casa jamás volvió a ser la misma. Afortunadamente se fue adaptando y
transformando a la par de nuestra familia.
Y aunque hoy ya no está tan ordenada como supo estarlo alguna vez, yo la prefiero ahora… llena de vida y de alegría,
llena de esa magia que sólo los chicos son capaces de aportar.
(Post publicado en "Para Ti mamá" de abril)
Me gusta decir que es mi interpretacion del orden, o un caos organizado. Lo bueno que a las que son como yo, hiper recontra organizadas nos sacas de esquema y nos ayuda a disfrutar del carpem diem
ResponderEliminarSiempre está bueno encontrarle la vuelta. Ver, como vos, la parte llena del vaso. Besote, Sabri!
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