Aunque a veces parezca que nunca dejará de estar de moda el prototipo de "la mujer perfecta" (que-cocina-un-bizcochuelo-esponjoso-mientras-habla-por-teléfono-calma-al-bebé-y-limpia-el-piso-sin-perder-la-sonrisa) yo me identifico, cada vez más, con todas aquellas que no sólo no son perfectas, sino que no tienen intenciones de llegar a serlo nunca.
Brindemos por todas esas cosas que nos salen tremendamente bien, y riámonos de todas esas que jamás de los jamases nos saldrán...
¡Feliz día a todas las mujeres imperfectamente hermosas que viven en este mundo!
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