Hoy es uno de
esos días que sé que voy a recordar para siempre… Es uno de esos días donde quisiera
poder estar atenta a todo y no perderme detalle de nada. Donde quisiera seguir
teniendo lucidez, a pesar de la emoción.
Y es que hoy
mi hija mayor termina la escuela primaria.
Sí, el tiempo
inevitablemente pasa y son estos
momentos los que nos marcan con cuánta rapidez.
Recuerdo
perfectamente que hace siete años me movilizaba tanto el cambio, el fin de
aquella etapa, que la nostalgia lo invadía todo.
“Ya no van a
jugar con masa, ni en las hamacas, ni van a seguir cantando esas canciones, ni
van a traer ochocientos regalos hechos por ellos, ni va a haber desayunos con
papás, ni”… Tantas cosas quedaban atrás, que apenas si podía alegrarme por todo lo
nuevo que se venía.
Sin embargo,
ahora los sentimientos son diferentes… Hay más calma, y en lugar de la nostalgia me invade la alegría… Alegría por verla tan
grande, tan independiente, tan linda.
Pero igual no
vayan a creer que me hago la superada… No. Sé perfectamente que cuando la vea subir a recibir su diploma voy a explotar del
orgullo, mientras por dentro estaré agradeciendo,hasta el infinito, a quien sea que haya tenido la feliz idea de inventar
el maquillaje a prueba de agua.
¡¡¡FELICITACIONES, PRECIOSA!!!
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