5 de mayo de 2017

"IDEAL VS. REAL"



Arreglando el cuarto de la mayor encuentro unas golosinas rarísimas. No me pregunten qué es porque no sabría responderles.

Las miro sobre su mesita de luz y se me viene a la cabeza esa lista de "prohibidos" de la primera etapa. En su momento me pareció que iba a ser útil pero caducó enseguida, caducó hace un montón...

Era algo así como los diez mandamientos alimentarios de la "buena madre"...
No comerán chicles nunca. No tomarán gaseosas de ningún tipo...

Y seguía, por supuesto, era medio interminable... Todavía con las chicas nos reímos cuando recordamos el momento en que las buscaba de algún cumpleaños. Ah! porque, sépanlo, los cumples son el terror de las madres idealistas.

Entonces lo primero que yo hacía no era preguntarles si les había ido bien, si la habían pasado lindo, si se habían divertido... No, eso iba en segundo lugar. Lo primero que yo hacía era preguntarles: "¿Cuántos chizitos comieron?". Eso era lo que más necesitaba saber, porque la pediatra me contaba la cantidad de intoxicaciones que atendía por culpa de los malditos palitos de queso de color flúo.

Y, a continuación,  les confiscaba las bolsitas con golosinas que traían de souvenir. Las guardaba en mi cartera y ya no volvían a verlas jamás, porque ingresaban  a algo así como el Triángulo de Las Bermudas.

Pero todas aquellas locuras maternas pasaron hace siglos. Imaginen que ahora ya perdí el control de las golosinas que comen y mi atención está puesta en cosas más importantes... Es que los hijos crecen y las madres, inevitablemente, también.

¿Cómo son ustedes con esas cuestiones? ¿Son madres "idealistas" o son madres "realistas"?.

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