11 de junio de 2014

"PACIENCIA DE ABUELA"

                                                                                                                          Maya Fidawi


Después de haber firmado ochocientos cuadernos de comunicaciones y boletines, de haber mandado mil veces notas y plata en sobrecitos, de haber tomado tantas tablas de multiplicar…

Después de haber comprado toda serie de útiles, de haber sacado fotocopias color, escaneado gráficos y cuadros, comprado libros y libritos…

Después de haber mandado los objetos más locos pedidos por las maestras, buscado disfraces para actos patrios, contestado cuestionarios, memorizado verbos…

Después de haber marcado ríos en mapas de todos los tamaños, medido triángulos, buscado en “google” información sobre los temas más variados… me atrevo a afirmar que tantos años de escuela tienden a agotar la paciencia que me queda, que tampoco es mucha.

Debo confesar que comencé las clases con muy pocas ganas de seguir ayudando.

Sin embargo, una es madre y como dice el refrán… “A lo hecho, pecho”. Ellos están ahí, esperando que una explique y acompañe.

Por eso, cada vez que escucho la palabra prueba, tiemblo. Y cada vez que me piden ayuda con alguna tarea tengo ganas de que me crezcan alas, para irme volando.

Ya no quiero saber nada que tenga que ver con ecuaciones combinadas, ni con los verbos del modo indicativo. Ya no quiero saber nada que tenga que ver con vulcanismo, ni con teorías de la evolución de las especies…

No quiero escuchar hablar de átomos, ni de moléculas. No quiero saber cuándo llevan tilde las palabras agudas y las graves, ni que más y menos separan términos.

No quiero enterarme de la existencia del “Big Bang”, ni de las fórmulas químicas.
No me interesa que me cuenten de las capas de la atmósfera, ni de los números negativos…

Casi me atrevo a asegurar que llegué al nivel más alto de saturación estudiantil, y eso que mi hija mayor recién comienza la secundaria.

Pero, por suerte, existe una especie de superhéroe que viene al rescate cada vez que se la necesita... Es "la abuela" que, a diferencia de "la madre", cuenta con grandes dosis de voluntad, empeño y, sobre todo, muchísima paciencia.

Ay!, me pregunto yo, ¿qué sería de esta madre sin la ayuda de su madre?...


Y ustedes... ¿Cómo vienen con la escuela de sus hijos? 






4 comentarios

  1. jajajaaj y la rueda sigue girando demostrándonos que el camino aun es largo, no? Y aun cuando sean madres seguiremos yendo al rescate

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  2. Mejor no hablemos de la escuela, que todavía no llegan los boletines!!!
    Secreto: a medida que avanzan en la escuela secundaria los temas se ponen más complejos y aunque uno quiera, ya no los podemos ayudar más. Física y química, para mí son chino básico, y matemática de 5to, chino avanzado. Pero con inglés no me salvo...
    Te mando un beso!

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    1. Para mí también física y química son chino básico. Hasta acá llegué con algunos temas... Un poco por cansancio y otro poco por desconocimiento. Ni me hables de 5to. año!!!
      Besos para vos!

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