Porque hay temas sobre los que si tuviera que volver a escribir volverían a salirme igual que aquella vez, les comparto este post de hace unos tres años...
"Te emocionaste la primera vez que durmió una noche entera de corrido... y ahora ya no sabés qué hacer para levantarlo de la cama todas las mañanas.
Te preocupaste por sacarlo a pasear siempre bien abrigado... y ahora no hay forma de que salga con campera.
Te esmeraste para que probara purecitos de todos los colores y sabores... y ahora cada vez le gustan menos cosas.
Te dedicaste a elegirle cuidadosamente cada ropita para que combinara... y ahora usa todos los días el mismo jean gastado.
Te saltaron las lágrimas con su primera cartita... y ahora te conformás con mínimos mensajes de texto.
Te ocupaste de tener sus juguetes siempre ordenados... y ahora la habitación es un caos.
Te la pasaste leyéndole cuentos y cuentitos... y ahora su lectura preferida son los chats del celu.
Te angustiaste cada vez que tuvieron que darle una vacuna... y ahora te muestra el tatuaje que se quiere hacer cuando sea más grande."
Si te sentís identificada con uno, dos, tres o todos estos ítems es porque la adolescencia te está tocando el timbre para apoderarse de tu hijo. Dale... guardáte ese miedo en el bolsillo y abríle la puerta. Dejála pasar, convidále un café y háganse amigas...
(Repost)
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