Si cierro los ojos, se me aparecen tantas cosas que formaron parte de mi infancia...
Los álbums
de figuritas, las coreografías ensayadas con mi prima, los saltos al elástico
en la plaza, las hebillas B+D, las cajitas de Sarah Kay, las vacaciones
de invierno en Córdoba, los can canes de
lana, las cajitas de música con bailarinas, los diarios íntimos, los perfumes “Coqueterías”
y “Mujercitas”, la ropa hecha por mis abuelas, los veranos en Uruguay, los patines
naranjas, la valijita “Primicia”de la escuela, el “Cerebro mágico”, las galletitas
“Bésame”, la música de Rafaella Carrá, los buzos de plush, los chocolatines “Jack”,
La Familia Ingalls, la marinerita, los zapatos negros de charol, la pulserita
de plata con mi nombre, la colección de papeles de carta, la cámara “Kodak”
amarilla, los Sea Monkeys, las tortugas, la colonia de verano, la leche “Cindor”
fría, las clases particulares de inglés, las novelas con Arnaldo André, las zapatillas
“topper”, las redacciones, la escuela de arte, la bicicleta con
canastita, el “Juego de la Vida”, los libros de “Los Hollister”, los zoquetes
con pompón, el chicle “Jirafa”, las clases de expresión corporal, los brackets, los Parchís, la lapicera “Paper Mate”, la cadenita con dos nenitos que se
besan, el Renault 12, los himnos patrios, Mafalda, las germinaciones de poroto, las
obras de teatro de Midón, las cartas a mis amigas, los asaltos, las revistas “Humi”, las artesanías
con “crealina”, el guardapolvo blanco, el palo amargo en el pelo, la torta con
grana de colores, la gallinita con jugo adentro, la cantimplora verde, el helado
de crema del cielo, el brillo de labios a bolilla, el tutti frutti, el reloj
digital “Casio”, el “Ital Park”, el “Santril” para la tos, la sopa de letras, la
lunchera de lata con termito, el libro de “Como ser una niña bonita y coqueta”,
el papel glasé, el laboratorio de la escuela con olor a formol, “El chavo del
ocho”, el walk-man, las botitas “Kickers”, las caries arregladas con plomo,
las excursiones al planetario, la revista “Anteojito”, las pulseras de pelo de
elefante, las galletas marineras, el changuito, el tiki-taka, el boleto capicúa
de la suerte, el ruido del nebulizador, las boletas del “prode”, el maní con
chocolate del cine, el "toco blanco suerte para cuándo"...
¡Qué
placer contar con los recuerdos!
(Y
ustedes… ¿Qué cosas recuerdan si cierran los ojos?)
Muy lindos recuerdos...los comparto casi todos.
ResponderEliminarY justo hoy es la noche de la nostalgia por aquí por Uruguay, mucha gente mayor que no sale en todo el año sale hoy a bailar los viejos temas y a divertirse como en la juventud.
Besos y feliz nostalgia :)
La noche de la nostalgia? ¡Qué lindo!
EliminarEstá bueno atesorar recuerdos.
Besos para vos!
¿Sabes que? compartimos muchos de esos recuerdos y eso me parece aún mas maravilloso ;). Que suerte poder contar con los recuerdos y compartirlos!
ResponderEliminarBesos
Somos muchas de la misma generación, parece.
EliminarY sí, compartir recuerdos es mucho más lindo que disfrutarlos sola.
Besos!
DIOS MIO!!!EL LIBRO “Como ser una niña bonita y coqueta”!!! PENSE QUE RA LA UNICA QUE HABIA CAIDO EN AL TENTACIÓN!!! AJJAJAJA! CUANTOS RECUERDOS COMPARTIDOS!!!
ResponderEliminarSIEMPRE LEO TU BLOG Y HOY NO PMEPUDE RESISTIR A COMENTAR.
SALUDOS
Te saqué un comentario a la fuerza!!!
EliminarEramos dos, entonces, las niñas bonitas y coquetas...
A mis hijas les hubiera encantado, pero no tengo la menor idea de adónde fue a parar.
Besos, y gracias por animarte a comentar.
muy detallista tu memoria, madre!! si, definitivamente compartimos recuerdos en común, al menos todos los no estrictamente argentinos (aunque en montevideo eran pocas las cosas que no venían de buenos aires...). puff, de todo eso, si tengo que elegir uno de lo que ni me acordaba, era de los zoquetes con pompón!
ResponderEliminarbesos
Imposible olvidarlos...
EliminarBesos, nikita!